sábado, 16 de abril de 2016

16 de Abril: Día Mundial contra la Esclavitud Infantil.


Hace sólo 21 años, el 16 de Abril de 1.995, Iqbal Masih, niño cristiano pakistaní de 12 años, fue asesinado por sus dirigentes por denunciar internacionalmente, la situación de explotación a la que vivían sometidos millones de niños como él. Iqbal había sido explotado como esclavo por las mafias de las alfombras desde los 4 a los 10 años. Su vida fue un testimonio de lucha por la liberación de otros niños esclavos, siendo signo de esperanza para ellos.

¿Ha muerto de verdad Iqbal Masih? No. Vive en tantos niños y niñas que siguen condenados a esa misma realidad. En nuestro mundo, más de 400 millones de niños (165 millones de ellos menores de 5 años) viven en situación de esclavitud. Han sido arrancados de sus familias para ser utilizados como niños soldados, explotados sexualmente, asesinados para traficar con sus órganos o utilizados como mano de obra esclava, sin derechos, sin remuneración, desarrollando jornadas interminables en condiciones inhumanas, de auténtica esclavitud. Como consecuencia, se ven privados a diario de sus derechos a una vida digna, a la educación, al juego, a  gozar de  los afectos  familiares, a la salud y a todos los demás derechos de la Infancia reconocidos, formalmente, en las legislaciones internacionales.

Así, los niños esclavos, se han convertido en una pieza clave de nuestra economía mundial. Parece un disparate pero sin embargo es una realidad. Es cruel que en pleno siglo XXI, haya millones de niños esclavos y a la vez millones de adultos en paro. Pero si lo pensamos bien los niños dan menos problemas que los adultos, trabajan por menos salario, es más fácil manejarlos y utilizarlos como mano de obra esclava, niños soldados o como víctimas del turismo sexual.

Nos podemos preguntar porqué en pleno siglo XXI, en un mundo globalizado y con tantos avances tecnológicos que harían posible dar de comer a toda la humanidad y que todos pudiésemos vivir en condiciones dignas, hay tantos niños sufriendo, viviendo y muriendo en condiciones de esclavitud.

Quizás estas palabras de Ghandi nos ayuden a responder la pregunta “La tierra produce suficientes alimentos para alimentar a todos, pero no para la codicia de algunos”.

Y es que la utilización de niños se ha convertido en un gran negocio para las multinacionales como Nike, Reebok, Adidas, Inditex (Zara), el Corte Ingles, Mattel, Ikea, Disney …. Además hay mafias que trafican con niños obligándoles a participar en conflictos bélicos y a ser explotados sexualmente.

Sin embargo también esta realidad forma parte de nuestra vida cotidiana, y colaboramos en mantenerla.

De hecho, puede ser que los plátanos que comemos y el café que bebemos estén empapados del sudor de muchos niños latinoamericanos o africanos. Puede ser que las alfombras que pisamos estén tejidas por niños paquistaníes encadenados a un telar; cortinas, camisas, joyas y otros manufacturados podrían ser fruto del trabajo oculto y forzado de menores  de la India o Bangladesh; balones y juguetes de nuestros niños podrían gotear sangre de tantos menores asiáticos y caribeños, y el coltán de nuestros ordenadores y teléfonos móviles es problable que haya sido extraído por niños africanos.




Si investigamos sobre quién financia las guerras, nos sorprenderemos al descubrir que detrás están importantes entidades financieras y que España es uno de los principales países productores y exportadores de armas. Si nos fijamos en la explotación sexual, descubriremos que España es uno de los principales clientes del denominado como turismo sexual.

Este día internacional contra la esclavitud infantil resultaría completamente inútil si cada uno de nosotros no atendiéramos la llamada ineludible a hacernos sensibles y profundizar en el conocimiento de esta realidad; a no consumir productos fabricados por niños esclavos, a crear una conciencia social que potencie la denuncia pública de la injusticia e inhumanidad de esta situación. Finalmente, deberíamos llegar a reclamar, de forma urgente, a nuestros representantes políticos y sindicales para que, dejando a un lado sus intereses particulares, conviertan la erradicación de la esclavitud infantil en una prioridad real, asumiendo su responsabilidad de crear un mundo más justo en el que todos podamos desarrollar, de forma efectiva, una vida digna, en particular, los niños.

Que, entre todos, nos empeñemos en hacer de este objetivo una realidad

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