lunes, 12 de febrero de 2018

El cuaderno de Sara

Como hemos recordado en otras ocasiones en este blog, cada año el 12 de febrero se conmemora el Día Internacional contra el uso de Niños Soldado. Sigue siendo necesario recordar esta desagradable realidad ya que según UNICEF, en la actualidad se calcula que hay unos 300.000 niños y niñas soldado participando en conflictos armados de todo el mundo.Muchos de estos menores están directamente en la línea de combate y otros son obligados a ejercer como cocineros, mensajeros, esclavas sexuales, para realizar ataques suicidas.

Durante el tiempo en el que estos niños están vinculados a las fuerzas y grupos armados, son testigos y víctimas de terribles actos de violencia e incluso son obligados a ejercerla. Los traumas emocionales que esto les puede provocar son difíciles de superar.

Algunos son secuestrados; a otros, la pobreza, los malos tratos, la presión de la sociedad o el deseo de vengarse de la violencia contra ellos o sus familias les llevan a unirse a grupos armados y empuñar un arma. Son víctimas inocentes de las atrocidades de la guerra. Para ellos, el regreso a su vida y la recuperación de su infancia es tan difícil que puede parecer casi imposible.

En esta ocasión, se ha estrenado recientemente una película que nos presenta esta realidad. Se trata de "El cuaderno de Sara", largometraje de Ikiru Films dirigida por Norberto López Amado y con guión de Jorge Guerricaechevarría, tiene a Belén Rueda como principal protagonista.


La película, rodada durante ocho semanas en el corazón de la reserva ugandesa de Zirimiti y la Isla de Tenerife, narra el viaje de una mujer que busca a su hermana desaparecida en África. Ese viaje conduce al parque nacional de Virunga, zona de la República Democrática del Congo tomada por los grupos rebeldes, donde se concentra el 75% de las reservas mundiales del codiciado coltán. En la película se presentan dos realidades de las que ya hemos escrito en este blog: el uso de mano de obra infantil en la extracción del coltán y los menores empleados en conflictos armados. La explotación abusiva de este mineral, imprescindible para todos los dispositivos electrónicos actuales, y que tanta guerra ha llevado al Congo, lo que llevó a los productores a poner en marcha esta historia. En declaraciones a Ikiru Films, el guionista cuenta «tirando del hilo de la problemática del coltán decidimos trazar un viaje físico y emocional entre dos personajes que tienen que resolver un conflicto pendiente. Cada hermana refleja una forma de afrontar la realidad. Sara representa a ese grupo de personas concienciadas que piensan que las injusticias no solo se denuncian, sino que hay que solucionarlas. Laura somos los demás: todos los que sabemos que esta dura realidad existe, pero que, como tenemos nuestros problemas y están en este lado del mundo, pues no nos vamos a ir allí a resolverlos, ¿no?». Por otra parte, Belén Rueda comenta «la historia de estos niños es muy dura. Les arrancan de sus familias, literalmente, con apenas seis, ocho años. Y solo les enseñan a odiar. A muchos, cuando atacan sus aldeas, les obligan a matar a sus propios padres y se quedan completamente desprotegidos. De este modo, no tienen más familia que los propios soldados».

Alabamos la oportunidad que esta película presenta de llevar a la pantalla dos realidades que no son habituales en ese foro y que pueden servir para concienciar a los espectadores a los que esta información no les llega por otras vías. Y que de esa manera los espectadores puedan plantearse si como Laura, cerramos los ojos a las realidades tan atroces que atormentan nuestro mundo o por el contrario, dejamos la cultura de la indiferencia para implicarnos en construir un mundo mejor.

A continuación presentamos el vídeo oficial de la película: