sábado, 11 de abril de 2020

TONYS CHOCOLONELY: CHOCOLATE 100% LIBRE DE ESCLAVOS


11 de Abril. Cuarentena. Después de dos días de cierre comercial por las festividades de Jueves Santo y Viernes Santo, hoy, sábado, abrirán, de nuevo, los supermercados y tiendas de alimentación. Actividades esenciales. Así lo son. Y no sólo para garantizar nuestro abastecimiento de productos básicos sino también, como veremos, para otr@s personas que viven muy lejos de nuestro supermercado más cercano.

De acuerdo con las estadísticas que vienen publicando distintos medios de comunicación, los artículos más comprados por los españoles tras dos semanas de estado de alarma no son ya el papel higiénico o el arroz, sino la cerveza, el vino y el chocolate.

Así, según se desprende del estudio realizado por la revista de consumo Inforetail que cuenta con el apoyo de ASEDAS (Asociación Española de Abastecedores, Self-Sevicio de Tiendas y Supermercados), el consumo de chocolate experimentó un incremento del 79,04% con respecto a las dos primeras semanas de confinamiento.




De acuerdo con los estudios realizados por expertos en psicopatología, el consumo de dulces produce un efecto terapéutico al dar lugar a la liberación de endorfinas, aliviando, de esta forma, la sensación de ansiedad.

Bueno, ¿y por qué no convertir este aumento del consumo de chocolate en terapéutico también para otros? Es lo que os proponemos en este artículo.

Según datos obtenidos por UNICEF, hay alrededor de 200.000 niños esclavos en la industria del cacao en África occidental. Esta región abarca el 70% de la producción mundial, un sector que emplea a 2,2 millones de niños.

Y ¿Cómo podemos mantener el consumo de este producto sin contribuir al enriquecimiento de quienes lo obtienen valiéndose del empleo de mano de obra infantil? Pues, sin duda, optando por comprar chocolate de consumo justo.

Hoy os vamos a acercar a una de estas marcas de consumo justo, TonyChocolonely, que surgió del trabajo de investigación y denuncia de sus dueños, tres periodistas holandeses, Teun Van Der Keuken, Maurice Dekkers y Roland Duong, quienes, en 2005, produjeron un programa para la televisión con el objeto de dejar al descubierto la explotación infantil que existe en la industria del cacao.

Todo comenzó cuando uno de ellos, Maurice Dekkers, leyó en la pagina 11 de un periódico local una noticia sobre la venta de niños esclavos en un mercado de Mali. El hecho le pareció tan dramático como merecedor de aparecer en la primera página de cualquier periódico, así que él y sus compañeros se pusieron manos a la obra con su investigación.

Se trasladaron a Mali y allí conocieron, en primera persona, a las víctimas de ese tráfico inhumano. Niños separados de sus familias y vendidos para ser explotados en la recolección del cacao. Incapaces de negarse a trabajar porque, en otro caso, eran objeto del maltrato físico de sus captores. Recibiendo una sola comida al día y sin poder faltar al “trabajo” aun estando enfermos.

Concretamente, los tres periodistas entraron en contacto con una de estas víctimas, Kam Sami Felix, que logró huir hasta Burkina Faso, donde contó su historia a las autoridades, testimonio que se ve completo en el documental “The Chocolate case”, en el que se recoge no sólo el resultado de su investigación y el testimonio de las víctimas de esta explotación, sino, además, la propia historia de la iniciativa desarrollada por estos tres periodistas, quienes, al ver el hermetismo y la resistencia a sus denuncias de las multinacionales de la industria del chocolate, decidieron invertir sus ahorros en crear su propia marca, todo con el objetivo de hacer posible la comercialización de barritas y tabletas de chocolate 100% libres de esclavitud infantil.

Así es como nació  Tonys Chocolonely, en la actualidad, la marca de chocolate de comercio justo más famosa de los Países Bajos y, esperemos que, a través de la divulgación de su historia y de su marca, podamos conseguirlo también en España.

Os animamos a ver el documental (os dejamos el tráiler) y a adquirir sus productos online y conocer lo que hacen visitando su web.

Con ello, nuestro consumo de chocolate será definitivamente terapeútico y, de paso, invertiremos ese tiempo que nos proporciona el confinamiento en acercarnos a testimonios tan solidarios y esperanzadores como el de estos tres periodistas y el de los consumidores que les respaldan con cada compra.

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