Tanzania: Niños explotados en las minas de
oro.
Una vez
más dirigimos nuestra mirada al continente africano y una vez más descubrimos
el rostro de miles de niños explotados, en esta ocasión en las minas de oro de
Tanzania.
Es cuanto
menos sorprendente que un continente con tanta riqueza de recursos naturales, no
sea una primera potencia mundial y es que la codicia de esta economía global
que únicamente busca el máximo beneficio, está dejando al margen y en la miseria a millones de africanos.
Tanzania es el cuarto mayor
productor de oro de África. El principal destino del oro de sus minas de
pequeña escala es Emiratos Árabes Unidos. El oro también se
exporta a Suiza, Sudáfrica, China y Reino Unido.
El informe, “Toxic Toil: Child Labor and Mercury Exposure in Tanzania’s Small-Scale Gold Mines,”(“Trabajo tóxico:
Explotación infantil y exposición al mercurio en las minas de oro de pequeña
escala de Tanzania”) elaborado por Human Rights Watch, describe cómo miles de
niños, algunos incluso de apenas ocho años, trabajan en las minas de oro a
pequeña escala, con y sin licencia, cavan y perforan en canteras profundas e
inestables, trabajan bajo tierra durante turnos de hasta 24 horas, y
transportan y trituran bolsas pesadas de mineral de oro. Los niños se arriesgan
a sufrir lesiones por derrumbes en las minas y accidentes con las herramientas.
También ponen en peligro su salud a largo plazo como resultado de la exposición
al mercurio, respiración del polvo y el transporte de cargas pesadas. El mercurio ataca el sistema nervioso central y puede
causar discapacidad permanente en los niños, cuyos cuerpos en desarrollo son
más vulnerables al metal pesado.
Muchos de los niños que trabajan en la minería son huérfanos y otros niños vulnerables que carecen de necesidades básicas y apoyo. Human Rights Watch también descubrió que las niñas que frecuentan los alrededores de los yacimientos mineros sufren acoso sexual y algunas niñas se convierten en víctimas de explotación sexual comercial.
Human Rights Watch visitó 11
yacimientos mineros en las regiones de Geita, Shinyanga y Mbeya, y entrevistó a
más de 200 personas, entre ellas 61 niños que trabajan en la minería de oro a
pequeña escala. El empleo de niños en trabajos peligrosos de minería constituye una de
las peores formas de trabajo infantil bajo los acuerdos internacionales, de los
cuales Tanzania es miembro.
Tanzania ayudó a esbozar un nuevo
tratado mundial para reducir la exposición al mercurio a nivel mundial, que 140
gobiernos respaldaron en enero de 2013. El Conveniode Minamata sobre el Mercurio, llamado así por la ciudad japonesa
que en la década de 1950 fue escenario de uno de los episodios más trágicos de
intoxicación por mercurio de la historia, y que fue adoptado en octubre cerca
de Minamata.
Ahora, para apoyar el futuro de su propio
pueblo y de su pujante industria minera, el gobierno de Tanzania, debe tomar la
iniciativa de proteger a los niños, mediante supervisión, pruebas médicas y
tratamientos para la exposición al mercurio, y sacarlos de las minas. Además el
Banco Mundial y otros donantes al sector minero también deben respaldar las
medidas necesarias para poner fin al trabajo infantil en las minas y reducir la
exposición de niños y adultos al mercurio, recomendó Human Rights Watch.
La
industria del oro tiene la responsabilidad de asegurarse que no se beneficie
directa o indirectamente del trabajo infantil ilegal, señaló Human Rights
Watch. Sin embargo, la mayoría de los comerciantes de oro a los que Human
Rights Watch entrevistó en Tanzania carecían de procedimientos para excluir el
oro extraído por los niños de sus cadenas de suministro.
Independientemente de que sean grandes o pequeñas, de Tanzania o globales, las empresas no deben contribuir a la explotación infantil en sus cadenas de suministro. Dado que tienen el poder de compra, los comerciantes de oro tienen ventaja sobre sus proveedores. Deben usarla para proteger a los niños y a los consumidores de comprar oro contaminado por el trabajo infantil.
Independientemente de que sean grandes o pequeñas, de Tanzania o globales, las empresas no deben contribuir a la explotación infantil en sus cadenas de suministro. Dado que tienen el poder de compra, los comerciantes de oro tienen ventaja sobre sus proveedores. Deben usarla para proteger a los niños y a los consumidores de comprar oro contaminado por el trabajo infantil.
Si quieres
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