En efecto, cada 10 minutos, una adolescente
muere como consecuencia de la violencia. Al mismo tiempo, se ha comprobado que, en situaciones de conflicto bélico
y de emergencia humanitaria, la violencia de género aumenta, y las niñas se ven
sometidas a la violencia física y sexual, al matrimonio infantil y la
explotación, convertidas en esclavas sexuales e instrumentalizadas para el
sometimiento de sus pueblos, como en el caso de las niñas secuestradas por la
secta yihadista Boko Haram en Nigeria.
De acuerdo con las
investigaciones realizadas por las Naciones Unidas, cada año, 15
millones de niñas en todo el mundo, o lo que es lo mismo, 41.000 al
día, son obligadas a contraer matrimonio antes de cumplir 18 años. En concreto, en más de 40 países de nuestro
mundo, el porcentaje de niñas y adolescentes obligadas a contraer matrimonio
antes de los 18 años supera el 30% del total de mujeres casadas y en países como la India, Nepal o Bangladesh el 29% de las niñas son víctimas del
matrimonio infantil, siendo casadas antes de cumplir los cinco años.
Los países occidentales tampoco son ajenos a esta situación. Así, por ejemplo, en Europa del este, el 11% de las adolescentes contraen matrimonio antes de los 18 años. Algunas menores son entregadas por sus padres para reparar una afrenta o cubrir una deuda, son vendidas, sacrificadas para asegurar la supervivencia del resto de la familia. Convertidas en moneda de cambio y en objetos sexuales, son objeto de la explotación en los trabajos domésticos y en la economía familiar, de modo que las niñas solo tienen valor patrimonial, comercial, laboral o reproductor.
Alrededor de 16 millones de adolescentes de entre 15 y 18 años dan a luz cada año. A menudo, estas chicas son demasiado jóvenes para llevar a adelante un embarazo, apenas púberes, más vulnerables a las infecciones de transmisión sexual. Muchas no se recuperan de las secuelas del embarazo o del parto
Los países occidentales tampoco son ajenos a esta situación. Así, por ejemplo, en Europa del este, el 11% de las adolescentes contraen matrimonio antes de los 18 años. Algunas menores son entregadas por sus padres para reparar una afrenta o cubrir una deuda, son vendidas, sacrificadas para asegurar la supervivencia del resto de la familia. Convertidas en moneda de cambio y en objetos sexuales, son objeto de la explotación en los trabajos domésticos y en la economía familiar, de modo que las niñas solo tienen valor patrimonial, comercial, laboral o reproductor.
Alrededor de 16 millones de adolescentes de entre 15 y 18 años dan a luz cada año. A menudo, estas chicas son demasiado jóvenes para llevar a adelante un embarazo, apenas púberes, más vulnerables a las infecciones de transmisión sexual. Muchas no se recuperan de las secuelas del embarazo o del parto
Emponderar a las Niñas. UNICEF
Cada año, según Unicef, tres millones de niñas, la
mayoría menores de 15 años, padecen una ablación parcial o total de sus
genitales y del clítoris. Una práctica que, se cree, reduce la líbido
y garantiza la virginidad prenupcial. En más de 30 países, al menos 200
millones de niñas y de mujeres han sido ya víctimas de estas mutilaciones,
practicadas sin anestesia ni ninguna precaución higiénica. En Indonesia, por
ejemplo, afecta a la mitad de las niñas de 12 años. Y son heridas
físicas y mentales que no cicatrizan jamás.
A lo largo del día de hoy, os proponemos tener
presente el sufrimiento de todas estas niñas y adolescentes y buscar alguna
forma concreta de compromiso con la denuncia y erradicación de su situación de
especial vulnerabilidad.
Que este 11 de Octubre no sea un día más.