jueves, 24 de enero de 2019

Proyecto School for Justice

En ocasiones, las situaciones de explotación sexual infantil pueden superarse. Es lo que nos cuenta un reciente artículo de El País. Se presenta la superación de algunas mujeres que han pasado por una terrible situación de trata ilegal, que se estima en 2016 sufrieron más de 9.000 niños en el subcontinente indio y desaparecieron unos 111.500. El destino mayoritario de estos menores es la explotación sexual que se calcula afecta a un total de 1,2 millones de menores. Sin embargo, estas escandalosas cifras no son proporcionales a los condenados por llevar a cabo estas actividades; en 2015 sólo hubo 55 personas condenadas.

Sin embargo, una vez más una ONG está comprometida con una realidad de explotación de menores y les presta ayuda. En este caso, la organización holandesa Free a Girl, que desarrolla el proyecto School for Justice, ha contribuido en los últimos 10 años a la liberación de 4.651 niñas de burdeles en Asia.


El mencionado proyecto, ofrece becas de estudio a estas víctimas del tráfico de personas para que accedan a la universidad y estudien Derecho y las acompaña a lo largo de su formación. Estas personas, fundamentalmente niñas, tienen una edad muy temprana cuando son secuestradas, vendidas, torturadas y obligadas a tener relaciones sexuales con diferentes hombres a diario.

Por esa terrible situación pasaron siete jóvenes que ahora tienen distintas edades: Heer (20), Brishti (20), Disha (19), Luna (18), Gauri (30), Koyal (21) y Rimpa (29). Pero afortunadamente fueron ayudadas por el proyecto School for Justice y tres de ellas acaban de superar el examen de acceso a la universidad. Sus historias, tienen el denominador común de la explotación sexual y en algunos casos su venta como una mercancía más. Aunque no se conoce con exactitud el precio al que fueron vendidas, la ONG  piensa que los precios están entre 25.000 y 200.000 rupias indias, que equivalen a entre 590 y 826 euros).

En el artículo se apunta que la pobreza, que azota a la mujer con más fuerza, es también un factor importante de la prostitución ilegal. Así se observa en el caso de Koyal, secuestrada junto a Disha y que cuenta su historia“Tenía 18 años, mi familia era muy pobre y decidí irme a Calcuta para trabajar en la fábrica donde estaba mi hermana. Conocimos a una pareja muy simpática en el tren que nos ofreció un trabajo muy bien pagado. No llegamos al final de nuestro trayecto, nos encerraron en una casa en Delhi donde éramos violadas por hombres”

Además, estas valientes mujeres se compromente en ayudar a otras que estén pasando por lo que ellas pasaron. Esto es lo que dice Asha, quien declara "Quiero ser abogado porque quiero luchar contra la trata de niños".



La misma motivación tiene Rimpa, quien indica lo siguiente: “Nadie me ayudó cuando lo necesitaba, así que quiero convertirme en abogada, luchar por mí y colaborar con otras mujeres”.

Esperamos seguir conociendo casos reales de personas y organizaciones que se comprometen en recuperar la dignidad de otras personas.