La conmemoración del Día Mundial de
los derechos del niño nos proporciona la oportunidad de traer al primer plano
una realidad especialmente inhumana y dolorosa, como es la de las niñas y
adolescentes víctimas de los matrimonios forzados.
Como se indicaba, con total
rotundidad, en Abril de 2014, por la Relatora Especial de las Naciones Unidas
sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niñ@s en
la pornografía, en el Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
el matrimonio infantil puede considerarse como una forma de venta de niños con
fines de explotación sexual, lo que infringe el artículo 35 de la
Convención sobre los Derechos del Niño.
En esta misma línea, la Relatora
Especial sobre las formas modernas de esclavitud ha establecido una relación entre el matrimonio infantil y la
esclavitud y ha señalado que las mujeres
y las niñas que han contraído un matrimonio infantil y forzado pueden sufrir
una situación que se corresponda con las definiciones jurídicas internacionales
de esclavitud y prácticas análogas a la esclavitud, como matrimonio servil,
esclavitud sexual, servidumbre infantil, trata de niños y trabajo forzoso. Asimismo,
una proporción elevada de casos de matrimonio infantil equivalen a peores
formas de trabajo infantil con arreglo al Convenio Nº 182 (1999) de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT).
Por otro lado, el matrimonio
infantil, precoz y forzado se asocia con otras consecuencias negativas para sus
víctimas, como el embarazo precoz, las elevadas
tasas de morbilidad y mortalidad maternoinfantil, el incremento del riesgo de
contraer infecciones de transmisión sexual y el VIH. Asimismo, se
reconoce que el matrimonio infantil y el embarazo precoz constituyen
importantes obstáculos para asegurar las oportunidades educativas, laborales y
económicas de niñas y jóvenes.
Así, por ejemplo, una investigación
realizada por Plan International en Kenya concluyó que el 84,2% de las niñas
que estaban casadas afirmaban no tener ya tiempo para disfrutar de una
educación debido a las nuevas responsabilidades que conllevaba su situación.
Joven india de 15 de años llorando el día de su boda. Foto STHEPANIE SINCLAIR
Con la finalidad de erradicar
esta realidad, la ONU aprobó, hace ahora justo un año, el 21 de noviembre de
2014, una resolución para prevenir y erradicar el matrimonio infantil forzado y exhortar a los Estados a proteger el
derecho a la educación de niñas y mujeres a través de una educación de calidad.
Desde nuestro blog, nos unimos
a todas las voces que reclaman la urgente detención de esta realidad, que
sumerge a sus víctimas en una situación de violencia, abuso, vulnerabilidad y esclavitud
sexual y laboral, pues, según el Informe sobre la Situación de las Niñas en
2014, elaborado por la ONG Plan Internacional, cada día 39.000 niñas y adolescentes menores de 18 años son obligadas a
contraer matrimonio en el mundo, de modo que, de no ponerse fin a esta situación
y continuar esta tendencia, en el año 2020, esto es, en menos de cinco años,
tendremos que lamentar que 140 millones de niñas habrán sido forzadas a casarse
a edades tempranas.
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