domingo, 16 de abril de 2017

DÍA MUNDIAL CONTRA LA ESCLAVITUD INFANTIL:



IQBAL MASIH, + PAKISTAN 1995; UZMA BIBI, +  PAKISTAN 2019

Desgraciadamente, hoy, 16 de Abril de 2019, no escribimos este artículo como un homenaje póstumo a Iqbal Masih, el héroe paquistaní vendido por su padre, en 1.987, con sólo 4 años de edad, a un fabricante de alfombras del Punjab, con el propósito de saldar la deuda derivada de un préstamo contraído para pagar la boda de su hermano, sometido, desde entonces, a una vida de esclavo, obligado a trabajar, encadenado al telar, durante más de 12 horas diarias, víctima de maltrato físico, desnutrido, sin asistencia médica ni condiciones higiénicas de ninguna clase.


El héroe paquistaní a quien, esas condiciones de vida, no le doblegaron y que, con sólo 10 años, escapó de su patrón, apoyado por el sindicato “Frente de liberación de los ladrillos”, desarrollando, desde entonces, una campaña de denuncia internacional sobre las condiciones de vida de millones de niñ@s como él y a quien, el 16 de Abril de 1.995, sicarios contratados por la mafia de los fabricantes de alfombras, asesinaron cuando iba en bicicleta hacia su casa.

Desgraciadamente, este artículo, hoy, día 16 de Abril de 2019, responde a la necesidad, lamentablemente, más urgente que nunca, de reivindicar la asunción por parte de tod@s, ciudadanos, autoridades, consumidores, empresas, organizaciones y tribunales internacionales de asumir nuestra obligación de reivindicar la erradicación de esta lacra, la condena de sus responsables, la implantación de legislaciones que establezcan sanciones ejemplares, penales y administrativas, para quienes empleen directamente o se beneficien, de forma indirecta, de la utilización de “mano de obra” infantil, así como la liberación y recuperación de sus víctimas.

Y es que, hoy, 16 de Abril de 2019, los elocuentes datos facilitados, año a año, por ejemplo, por UNICEF, según los cuales 168 millones de niños y niñas de entre 5 y 14 años son explotados y maltratados, cada día, en jornadas de hasta 15 horas diarias de trabajo en las que apenas ven la luz del sol, cifra que la Organización Internacional del Trabajo eleva hasta 215 millones, cobran una dramática actualidad, como consecuencia del asesinato, el pasado mes de Enero, de otra niña, también pakistaní, de 16 años, llamada Uzma Bibi.


En efecto, Uzma Bibi fue asesinada en Lahore, tras una brutal paliza. La joven venía siendo explotada, desde hacía 9 meses, por quienes, finalmente, se convirtieron en sus asesinos, en los trabajos domésticos, viviendo como una auténtica esclava, alimentada una sola vez al día, sometida a maltrato físico y psíquico, reducida a los huesos, golpeada de forma continua y obligada a dormir en el suelo del baño y abonándole, por su “trabajo” 4.000 rupias, poco más de 25 euros. Cuando sus padres iban a verla o preguntaban por ella, sus patrones la mantenían oculta.

Las investigaciones han permitido averiguar que sus asesinos, esto es, su rico patrón y su esposa, trataron, tras la paliza que le propinaron con un utensilio de cocina, de hacer que Uzma recuperase el conocimiento con descargas eléctricas rudimentarias, utilizando cables de la luz, arrojándola a un canal tras comprobar que estaba muerta.

En la actualidad, 8,5 de niños menores de edad trabajan como empleados domésticos en Pakistán.

Pues bien, desde este blog os animamos a que el testimonio de las vidas y de los asesinatos que provocaron la muerte de Iqubal Masih, con 12 años, y Uzma Bibi, con 16, no resulten inútiles.

Ojalá entre todos tengamos la decisión y las iniciativas para lograr que el conocimiento de la realidad diaria, dramática y desesperada de millones de niñ@s, consigan transformar el dolor y la indignación que nos provocan en acciones concretas que den lugar a la concienciación y el compromiso efectivo de la sociedad con su erradicación, así como a reclamar, de forma urgente, a los representantes políticos y sindicales que, dejando a un lado sus intereses particulares, conviertan la desaparición de la esclavitud infantil en una prioridad real, asumiendo su responsabilidad de proteger y garantizar la vida digna de todos los niños y niñas, tal y como, hace ya 24 años, les reclamó Iqbal Masih. Como, en este 2019, reclama el padre de Uzma Bibi.




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