IQBAL MASIH, + PAKISTAN 1995; UZMA BIBI, + PAKISTAN 2019
Desgraciadamente, hoy, 16 de
Abril de 2019, no escribimos este artículo como un homenaje póstumo a Iqbal
Masih, el héroe paquistaní vendido por su padre, en 1.987, con sólo 4 años de
edad, a un fabricante de alfombras del Punjab, con el propósito de saldar la
deuda derivada de un préstamo contraído para pagar la boda de su hermano, sometido,
desde entonces, a una vida de esclavo, obligado a trabajar, encadenado al
telar, durante más de 12 horas diarias, víctima de maltrato físico, desnutrido,
sin asistencia médica ni condiciones higiénicas de ninguna clase.
El héroe paquistaní a quien, esas
condiciones de vida, no le doblegaron y que, con sólo 10 años, escapó de su
patrón, apoyado por el sindicato “Frente de liberación de los ladrillos”,
desarrollando, desde entonces, una campaña de denuncia internacional sobre las
condiciones de vida de millones de niñ@s como él y a quien, el 16 de Abril de
1.995, sicarios contratados por la mafia de los fabricantes de alfombras, asesinaron
cuando iba en bicicleta hacia su casa.
Desgraciadamente, este artículo, hoy, día 16 de Abril de 2019, responde
a la necesidad, lamentablemente, más urgente que nunca, de reivindicar la
asunción por parte de tod@s, ciudadanos, autoridades, consumidores, empresas,
organizaciones y tribunales internacionales de asumir nuestra obligación de
reivindicar la erradicación de esta lacra, la condena de sus responsables, la
implantación de legislaciones que establezcan sanciones ejemplares, penales y
administrativas, para quienes empleen directamente o se beneficien, de forma
indirecta, de la utilización de “mano de obra” infantil, así como la liberación
y recuperación de sus víctimas.
Y es que, hoy, 16 de Abril de
2019, los elocuentes datos facilitados, año a año, por ejemplo, por UNICEF, según
los cuales 168 millones de niños y niñas de entre 5 y 14 años son
explotados y maltratados, cada día, en jornadas de hasta 15 horas diarias
de trabajo en las que apenas ven la luz del sol, cifra que la Organización
Internacional del Trabajo eleva hasta 215 millones, cobran una dramática
actualidad, como consecuencia del asesinato,
el pasado mes de Enero, de otra niña, también pakistaní, de 16 años, llamada
Uzma Bibi.
En efecto, Uzma Bibi fue
asesinada en Lahore, tras una brutal paliza. La joven venía siendo explotada,
desde hacía 9 meses, por quienes, finalmente, se convirtieron en sus asesinos,
en los trabajos domésticos, viviendo como una auténtica esclava, alimentada una
sola vez al día, sometida a maltrato físico y psíquico, reducida a los huesos, golpeada
de forma continua y obligada a dormir en el suelo del baño y abonándole, por su
“trabajo” 4.000 rupias, poco más de 25 euros. Cuando sus padres iban a verla o
preguntaban por ella, sus patrones la mantenían oculta.
Las investigaciones han permitido
averiguar que sus asesinos, esto es, su rico patrón y su esposa, trataron, tras
la paliza que le propinaron con un utensilio de cocina, de hacer que Uzma recuperase
el conocimiento con descargas eléctricas rudimentarias, utilizando cables de la
luz, arrojándola a un canal tras comprobar que estaba muerta.
En la actualidad, 8,5 de niños
menores de edad trabajan como empleados domésticos en Pakistán.
Pues bien, desde este blog os
animamos a que el testimonio de las vidas y de los asesinatos que provocaron la
muerte de Iqubal Masih, con 12 años, y Uzma Bibi, con 16, no resulten inútiles.
Ojalá entre todos tengamos la
decisión y las iniciativas para lograr que el conocimiento de la realidad diaria,
dramática y desesperada de millones de niñ@s, consigan transformar el dolor y
la indignación que nos provocan en acciones concretas que den lugar a la
concienciación y el compromiso efectivo de la sociedad con su erradicación, así
como a reclamar, de forma urgente, a los representantes políticos y sindicales
que, dejando a un lado sus intereses particulares, conviertan la desaparición
de la esclavitud infantil en una prioridad real, asumiendo su responsabilidad
de proteger y garantizar la vida digna de todos los niños y niñas, tal y como,
hace ya 24 años, les reclamó Iqbal Masih. Como, en este 2019, reclama el padre
de Uzma Bibi.
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