jueves, 4 de abril de 2019

“Give Us a Baby, and We´ll Let You Go”


En esta ocasión ponemos el foco en la frontera de Birmania con China, escenario de trata de mujeres y niñas de los estados del norte de Birmania, Kachin y Shan, limítrofes con China.

Según el informe que publicó el  pasado 21 de marzo, “Human Rights Watch (RHW)”; “Give Us a Baby, and We´ll Let You Go”: Trafficking of Kachin Brides from Myanamar to China” (“Danos un hijo y te dejaremos ir”: El tráfico de novias Kachin desde Birmania a China), dos han sido los principales detonantes de la trata de mujeres y niñas.

Por un lado, la política del hijo único que China mantuvo desde 1979 a 2015 que ha provocado un grave desequilibrio de género, lo que ha ocasionado que muchos hombres tengan problemas para encontrar novias, generándose una demanda de “novias” traficadas. 

Por otro lado, la existencia de un conflicto prolongado entre el gobierno de Birmania y el Ejército de Independencia en Kachin (KIO en sus siglas en Inglés), en los estados de Kachin y Shan, que ha generado el desplazamiento interno de  100.000 personas a campamentos de refugiados ubicados en la frontera de China (fácil de cruzar sin pasaporte). Esta localización del conflicto se ha convertido en un punto estratégico para los traficantes de mujeres y niñas con el objeto de venderlas para convertirse en novias, y esclavas en China.



El informe elaborado por HRW, está basado principalmente en entrevistas a 37 sobrevivientes de la trata, a tres familias de víctimas, funcionarios del gobierno de Birmania y Policía, así como miembros de grupos locales. En dicho informe se documenta cómo los traficantes venden a mujeres y a niñas de los estados norteños de Kachin y Shan para ser esclavas en China.

Según informa HRW, muchas de las supervivientes entrevistadas se encontraban entre las más de 100.000 personas internamente desplazadas por los combates en Kachin y Shan, que afrontan situaciones de desesperación en los campamentos. El gobierno de Birmania ha bloqueado en gran parte la ayuda humanitaria en los campamentos, algunos de los cuales están bajo el control de la oposición (KIO).

Supervivientes de la trata explicaron a HRW, que personas de confianza, incluso amigos y miembros de su propia familia, les prometieron empleos en China, pero que en su lugar las vendieron por el equivalente a entre US$3.000 y US$13.000.

Una historia bastante habitual es la de una mujer/niña cuya cuñada le dice que puede conseguirle un trabajo bien pagado en China.  La mujer/niña no quiere ir, pero su familia necesita el dinero. En el coche de camino a China, su cuñada la droga. Se despierta en China con las manos atadas, y luego su cuñada le  dice que tiene  que casarse y la deja en la casa de su comprador. La familia la lleva a una habitación, donde la atan de nuevo. Cada vez que su "marido" le llevaba las comidas, él la violaba. Ella finalmente tiene un hijo.

Según afirma HRW: “la mayoría de las mujeres y niñas entrevistadas estuvieron encerradas en una habitación durante días o semanas o meses, a veces hasta que quedaron embarazadas. Muchas dijeron que las familias parecen más interesadas en tener un bebé que una novia. Una vez que las mujeres y las niñas traficadas daban a luz, a veces podían escapar de sus captores, pero generalmente a costa de dejar a su hijo atrás con pocas esperanzas de volver a ver al niño”.


“El tráfico es ilegal en ambos países, y hay algunos intentos ambos lados para detenerlo, pero la mayoría de nuestras entrevistadas escaparon por su cuenta, y escuchamos muchas historias de policías en ambos lados de la frontera que son cómplices en el tráfico, incluso que se benefician financieramente”.  “Birmania y las autoridades chinas hacen la vista gorda mientras que traficantes sin escrúpulos están vendiendo a mujeres y niñas Kachin destinadas al cautiverio y a abusos indescriptibles”, dijo en un comunicado Heather Barr, codirectora en funciones del departamento de derechos de la mujer en Human Rights Watch.

Otro obstáculo con el que se encuentran las supervivientes de la trata es el estigma, que conlleva en la cultura Kachin, el ser traficada y violada, lo que en ocasiones les lleva a abandonar sus familias y comunidades. El informe de HRW documenta el testimonio de mujeres y niñas que sentían vergüenza y no nencontraron otra salida que quedarse en China.

Los gobiernos de Birmania y China, así como la Organización de la Independencia Kachin, deberían hacer mucho más para prevenir el tráfico, rescatar y ayudar a las víctimas y enjuiciar a los traficantes”. “Los donantes y las organizaciones internacionales deberían apoyar a los grupos locales que realizan el arduo trabajo que los gobiernos no están haciendo para rescatar a las mujeres y niñas víctimas de la trata y ayudarlas en su recuperación”, comentó Heather Barr.

Desde este blog, queremos apoyar la labor que realiza Human Rights Watch, y apelar a los Gobiernos y Organismos Internacionales, para que trabajen por garantizar la Dignidad de las mujeres y niñas en situación de vulnerabilidad y esclavitud. Poniendo en marcha políticas dirigidas a erradicar la trata a nivel internacional, restituir a las víctimas y juzgar a los traficantes.

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