miércoles, 18 de diciembre de 2013

Amargo Chocolate


En estas fechas navideñas, desde las principales industrias chocolateras se nos invita a degustar turrones, bombones, galletas… un sin fin de productos fabricados a partir del cacao. Nos aseguran que tendremos una Dulce Navidad, ocultando la cruel realidad de multitud de niños que trabajan como esclavos en las plantaciones de cacao, sobretodo en Costa de Marfil, principal proveedor de cacao a nivel mundial. Abidján, en el sur de Costa de Marfíl, es la capital del cacao y donde tienen sus sedes las principales empresas del sector (Nestlé, Cargill, ADM y Barry Callebaut).

¿Es cierto que los niños trabajan como esclavos en la industria del chocolate? Ésta es la pregunta que Miki Mistrati y Roberto Romano,  han pretendido dar a conocer a través del documental titulado “El lado oscuro de chocolate”. En este reportaje se investiga la realidad de la esclavitud infantil en la industria del cacao, lo que puede resultar peligroso, ya en 2004, el periodista francés Guy-Andre Kieffer fue secuestrado en un aparcamiento de Costa de Marfil por indagar sobre este tema. Nunca fue encontrado, y el caso sigue sin resolverse.




Según lo que se presenta en el reportaje, no es sólo que se explote a niños y niñas en la recogida del cacao, sino que se lleva a cabo un tráfico de menores. Este comienza en Malí, uno de los países más pobres del mundo. Desde la estación de autobús de Sikasso los niños viajan hasta la ciudad fronteriza de Zégoua, y desde allí mediante moto taxis y de forma ilegal, a las plantaciones de cacao de Costa de Marfíl, donde son vendidos a los agricultores locales, quienes previamente han contratado al entramado que se encarga de este tráfico de menores. Una vez en las plantaciones de cacao, los niños realizan jornadas inacabables y reciben maltratos cuando no quieren trabajar, además desarrollan trabajos peligrosos, utilizan machetes, soportan cargas pesadas, y están expuestos a pesticidas peligrosos.

Sin embargo el tráfico y la explotación de menores no tendría que existir ya que en 2001, los mayores fabricantes de chocolate, agrupados en las organizaciones World Cocoa Foundation y la americana Chocolate Manufacturers Association,  junto con la OIT (Organización Internacional del Trabajo), firmaron el llamado protocolo de “Harkin-Engel”. En él se establecían una serie de compromisos para que, a partir de ese año, se desarrollasen actuaciones que permitiesen a este sector cumplir con la convención 182 de la OIT, relacionada con las peores formas de "trabajo infantil".

Pese al acuerdo, alguno de los entrevistados afirma que el tráfico de niños ha existido siempre. Es desgarrador ver cómo una sola persona (Idrissa Kanté) ha rescatado a centenares de niños de las manos de estas redes de trata, algunos de ellos con tan sólo 7 años de edad y provenientes de zonas rurales tanto de Malí como de Burkina Faso, Níger, Nigeria, Togo y Benin. Tan sólo entre 2008 y 2009, esta persona sola rescató a más de 150 menores. En una aldea de 500 habitantes, unos 130 menores se marcharon, engañados por los traficantes, hacia Costa de Marfil, tratando de conseguir ingresos. Los niños son prácticamente secuestrados ya que en algunos casos, ni sus propios padres se enteran de su marcha. En una operación policial desarrollada en 2009, 65 niños fueron liberados. La propia OIT reconoce que se ha producido poco “movimiento” para mejorar la situación de este sector, desde la firma del protocolo.

La industria del chocolate es un gran negocio en el que se ven implicados muchos agentes, autoridades, agricultores, traficantes, exportadores de cacao, fabricantes de chocolate y finalmente los consumidores también somos cómplices de este entramado al colaborar con ellos. El kilo de cacao se paga al agricultor a 1 euro y con un kilo de cacao se fabrican 40 cajas de bombones, con el precio tan desorbitado que estas cajas cuestan en el mercado, en relación con el precio del cacao. Además por tan solo 230 euros se puede conseguir un menor, incluyendo el transporte y el “uso” indefinido. Los niños no reciben remuneración alguna.

En el reportaje se contacta con los principales fabricantes de chocolate para presentarles el documental, pero ninguna compañía los recibió. Cuando se plantea a éstas empresas la realidad de la trata y la esclavitud de niños en las plantaciones de cacao éstas se lavan las manos argumentando que las plantaciones de cacao no son propiedad de sus compañías y por lo tanto no tienen el control directo sobre las mismas.

Desde este blog queremos denunciar la cruel realidad de los niños esclavos de las plantaciones de cacao en Costa de Marfil y realizar un boicot a las industrias chocolateras que mantiene esta situación. Proponemos como alternativa fiable el consumo de cacao y de productos de chocolate con sello de comercio justo, que garantizan la no utilización de niños, unas condiciones, salarios justos que permitan una vida digna y respeto al medioambiente.

El reportaje íntegro, con subtitulos en español, puede visualizarse a través del siguiente enlace.





1 comentario:

  1. Nestlé informa de distintas iniciativas que está llevando a cabo en relación con este tema, a través de la página http://www.empresa.nestle.es/es/sobre-nestle/te-interesa-saber#seccion3. En el plan de acción que la propia empresa facilita, fechado en junio de 2012, se indica lo siguiente "El trabajo infantil continúa siendo una realidad en las granjas de cacao de Costa de Marfil".

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